Nos pasamos la vida reivindicando el valor de las cosas pequeñas y se nos llena la boca afirmando que son los detalles, y no sólo los grandes hitos, los que hacen que algo crezca, se fortalezca cada día y sea realmente importante. De la misma manera que son pequeñas maravillas llenas de magia, de historias y leyendas singulares, de una belleza callada, sin aspavientos, sin presencia en campañas promocionales, las que hacen de un lugar algo especial, con sus peculiaridades y orígenes a veces inciertos, y la suma de todas ellas convierten una tierra en lo que es, la definen y la hacen única. Hoy el blog está dedicado a esos pequeños rincones de Galicia, especiales y genuinos; es la primera publicación de la serie pero no será la última.
Capilla de San Pedro de Marmancón (Ferrol)
Tienes razón, hay que aprender a ver la belleza de lo que muchas veces nos pasa desapercibido y la magia de la luz que lo envuelve todo.
ResponderEliminarUn abrazo
Desde luego, como tú bien sabes y captas a la perfección, la belleza nos rodea, sólo hay que saber verla, apreciarla y si podemos, comunicarla... bicos y un abrazo
EliminarTu lo que quieres es que me muera de morriña ¡¡¡¡....seras c.... las fotos muy bonitas gracias ¡¡
ResponderEliminarjajaja, ni mucho menos, es más, yo creo que no deberías morirte, que lo sepas... a ver si cuando vuelvas por nuestro Ferroliño nos vemos, aperta grande grande e graciñas polas túas palabras
Eliminar