miércoles, 5 de septiembre de 2018

Tocando el cielo

‘Todavía hay esperanza’, pensé, al tiempo que me afanaba en registrar cada movimiento, cada nuevo impulso, cada esfuerzo por alcanzar la cima, dar un paso más y abarcar la caracola en toda su inmensidad, fascinados el intrépido pequeño escalador y yo mismo por la divina proporción aúrea de unas inocentes espirales ejerciendo esa ‘atracción fatal’ de lo bello.

La disposición de los pétalos, la formación de borrascas, las órbitas de los planetas, la distancia entre ombligo y planta de los pies en relación a la altura total, las nervaduras de una rosa, una yuca o una alcachofa... los oídos en la caja de un violín, muchas sonatas de Mozart y Beethoven, o el David de Miguel Ángel, en todos ellos subyace el número de oro, y una hermosa letra que lo describe... No es más que una cifra: 1,61803... un número irracional, con infinitos decimales, que lleva por nombre una minúscula letra griega, phi, pero ellos solitos se bastan para definir un ideal estético que nos proporciona paz, felicidad, armonía.

La propia naturaleza y el arte conjurándose para redimirnos de tanta bajeza y mediocridad con la belleza como única arma... Bendita irracionalidad!!








*La Caracola de Cabo Home, obra del escultor Lito Portela, está ubicada en los acantilados de Donón, en la península de O Morrazo, con vistas sobre la Costa da Vela.