viernes, 26 de octubre de 2012

Sólo hay que esperar y... ¡sucede!

El gran Billy Wilder y otros maestros de la historia del cine son un referente para los que amamos el cine y la fotografía. Ellos nos enseñaron que, salvo que la acción sea trepidante y unos cambios de plano veloces incidan en ese dinamismo y hagan más atractiva la escena, detrás de la cámara lo que se impone es esperar, ser paciente, dejar que la acción se produzca, preservar el espacio y el tiempo del actor, el momento de cada personaje, manteniendo la cámara en un discreto segundo plano, dejando que lo que tiene que suceder, suceda, sólo hay que esperar y... ¡siempre sucede!

Intérpretes: Real Filharmonía de Galicia
Dirección: Uqui Cebra





viernes, 19 de octubre de 2012

En el nombre de Anni


Hay palabras que son mucho más que eso: son toda una declaración de intenciones. Cuando se rebautizó en Anni B. Sweet nos estaba dando pistas: su dulzura venía de serie y su voz, dulce y delicada, es sólo una demostración palpable. En el Jofre pudimos vivirla y nos emocionó.
Anni salió entre sombras y trajo consigo la luz, el candor, la frescura. Su voz, suave y desgarrada a la vez, nos contó varios episodios domésticos, historias de amor y desamor, algunas imágenes poéticas que acabaron siendo espejismos y muchos desencantos, todos ellos se convirtieron en cantos a la sensibilidad.
Sobre el escenario, Anni se movió despacio, suave, pero su voz fue rotunda, se impuso y sus creaciones sonaron sugerentes y enérgicas, como si por fin encontrasen el ansiado camino cuando salen de su boca.  
Y Anni, ya sin su banda, a solas con su guitarra, nos acercó su corazón. Y el público no enmudeció, muy al contrario, la abrazó con cálidos aplausos y la emoción se adueñó una vez más del Jofre. Ella prometió volver.














 

viernes, 12 de octubre de 2012

"Códices: xoias das catedrais galegas na Idade Media"


É o título da exposición recén inaugurada na Cidade da Cultura, que comparte espazo con “Gallaecia Petrea” no Museo de Galicia, e nas que tiven o pracer de participar. En “Códices” a obra estelar é o Códice Calixtino, do século XII, considerada a primeira guía de peregrinos e que saltou á fama mundial tras ser substraído do arquivo da catedral compostelá e recuperado pola policía un ano despois, nun episodio digno de ser novelado ou levado ás pantallas. E como non hai mal que por ben non veña, quizais a raíz deste suceso a xente tomou conciencia da singularidade deste e doutros escritos para a historia de Galicia e da humanidade en xeral, e talvez esta sexa a orixe desta mostra irrepetible con doce xoias da produción documental medieval, expostas ao público ata xaneiro. Xunto co Calixtino, tiven ante a miña cámara outros once manuscritos, pezas únicas e orixinais realizadas entre os séculos X e XV, que nunca antes estiveran xuntas, ademais do Misal Auriense, o primeiro libro realizado nunha imprenta de Galicia, en Monterrei, no ano 1494. 






Grazas a este proxecto descubrín o mundo do saber atesourado nas cinco catedrais galegas, da man de arquiveiros e bibliotecarios, nun tempo no que a palabra escrita cotiza á baixa –xa non digamos a manuscrita–, e o que se impón é a inmediatez e a noticia-flash. Nun mundo que parece alimentarse unicamente de actualidade fugaz, sentinme un privilexiado captando o detalle, a filigrana, a textura de códices, tombos, cartularios, todos eles cun exquisito coidado na súa elaboración, e moitos con notación musical. Tinta sobre pergameo ou sobre vitela, magníficas letras capitais, colección única de miniaturas de monarcas e outros personaxes históricos, selos papais, preciosistas e luminosas iniciais decoradas en vermello intenso, dourado, azul turquesa, púrpura, burdeos, índigo, esmeralda... un auténtico luxo para os sentidos que vos aconsello non perder.


































































viernes, 5 de octubre de 2012

La hora azul

Uno de mis momentos preferidos para “experimentar” con la cámara es el anochecer ... Dura unos 60 minutos aproximadamente, en los cuales el color del cielo varía desde un azul claro a un azulón oscuro; este período de tiempo podemos situarlo en el crepúsculo, en Galicia lo conocemos con una palabra preciosa: lusco-fusco, una media hora antes de que el sol se ponga y media hora después de que se oculte. Este “instante” se conoce como “hora azul”. 
Es una hora mágica, la calidad del cielo dependerá de cómo haya sido el día, nublado  o despejado, pero en todo caso en este intervalo el cielo va cambiando de color de forma progresiva, adquiriendo un azul intenso creando una atmósfera onírica, irreal, que me gusta especialmente. Si a esta circunstancia añadimos que a veces me apetece añadir una luz que no existe, utilizando el flash, por ejemplo, y por supuesto, sin trípode, el resultado puede ser imprevisible pero interesante. El paseo fue de lo más divertido, Lorena y Lira contribuyeron en gran medida como experimentadas modelos.