domingo, 3 de mayo de 2015

El rompeolas


Al estilo de los inmortales del western, desenfundó y abrió fuego con un "Buenas noches, Ferrol. Teníamos una deuda pendiente"... 'amenaza' que entusiasmó a un público entregado, una auténtica legión de fans llegados de todas partes que colgaron el cartel de completo hacía ya días y que anhelaban vivir este encuentro largamente esperado con su rocker. Y lo hicieron, con homenaje incluido a su admirado Nate Davis, el doce del antiguo Clesa Ferrol. 
Y saldó su cuenta, vaya si la saldó. Y la disfrutamos en un auditorio a rebosar encandilado con su estrella que desplegó toda una lección de oficio de un rockabilly de los 'de casa' que mantiene intacto su tupé, sus impolutos zapatos, su negro riguroso, su energía y su música atemporal, intercalando nuevas melodías entre sus clásicos, convertidos en auténticos himnos, y constatando una vez más _y ya van unas cuantas, después de más de 30 años pisando escenarios_, que en su caso el tiempo no ha hecho mella en su voz y su energía, sino más bien ha acrecentado su mito y engrandecido para siempre al 'hombre de bien, a carta cabal', el más 'feo, fuerte y formal' (con permiso de John Wayne).