Hace sólo unas semanas estábamos celebrando las navidades y de ellas sólo quedan en nuestra retina, de forma vaga y borrosa, algunas imágenes luminosas y llenas de nostalgia. Únicamente los más pequeños ponen todas sus esperanzas en que el milagro se produzca y los sueños se cumplan de nuevo el próximo año... por lo menos por una noche.
Los que ya no somos pequeños sabemos que los milagros raramente se producen y los sueños, sueños son… el presente es incierto y mientras no llegan tiempos mejores, el frío ahora lo envuelve todo en un escenario en el que muchas personas han dejado de ser los actores principales de sus vidas a contrariados protagonistas de desahucios e indignación.
Esta publicación está dedicada a todos ellos.
Pero vendrán tiempos mejores, soy optimista, mientras tanto la esperanza permanece congelada, congelados los salarios, congelados los recursos, congeladas las ayudas, congelado el
futuro, congelados en la calle, congelados mendigando... los propios
sueños están congelados hasta nuevo aviso de los mercados...
¿de
valores?