Echábamos en falta un conciertazo de rock y con Sidonie tuvimos eso y más. Sobre el escenario, todo a punto: alfombras, maniquí, hiedras en los micros... y el espectáculo comenzó. Y fue todo un regalo en forma de puro pop, rock y psicodelia, con la incombustible voz de Marc reinando entre una batería y unas guitarras con un sonido potentísimo que emocionó y levantó a sus fans de los asientos. Un regalo en forma de entrega total desde el minuto uno: interacción, mucho humor, complicidad, locura. Y un regalo final apoteósico en forma de balada en acústico del Dream, de The Everly Brothers, tan acústico que lo tocaron en el patio de butacas, en medio del público que los acompañaba bajito, suave, para no romper la magia de un momento inolvidable.
(Muy pronto los tendremos de nuevo por Ferrolterra, el 10 de agosto en el Felipop)
(Muy pronto los tendremos de nuevo por Ferrolterra, el 10 de agosto en el Felipop)