Siempre Shakespeare

Cuando la semana pasada compartía las fotos de Producciones Espartanas sobre el escenario del Jofre pensé que la publicación de hoy iba a ser también mi particular homenaje a uno de los seres más hipnotizantes y hermosos creados por Shakespeare: Ofelia, la desdichada prometida de Hamlet que se vuelve loca y en su desvarío acaba vagabundeando junto a un lago, recogiendo flores y muere ahogada entre sus aguas… Me parece una historia maravillosa e inspiradora y ésta es mi interpretación personal en imágenes. Mi abnegada Ofelia padeció con infinita paciencia una sesión de, por lo menos, una hora en las aguas gélidas del Belelle, pero valió la pena...¡todo sea por Shakespeare!!

"En las aguas profundas que acunan las estrellas, blanca y cándida,


Ofelia flota como un gran lirio,


flota tan lentamente,


recostada en sus velos..."


Rimbaud

Shakespeare en Ferrol (1)

Desde que allá por el siglo XVI Shakespeare escribiera su “Julio César” pasaron cientos de años, sin embargo el retrato que hace del poder y de la sociedad de la época encaja tanto en el siglo I a.C. como ahora. En la magnífica adaptación que pudimos ver en el teatro Jofre a cargo de Producciones Espartanas, un mundo de confabuladores y ambiciosos tomaron el escenario y nos hicieron revivir tragedias que a menudo vemos en nuestro propio mundo de hoy, sin muchas variantes.

Joan Llaneras, Germán Torres, Iago García, Gustavo Galindo, Claudia de Siato y Rafa Ibáñez dan vida a César y a su amada esposa Calpurnia, a Casio, a Bruto y al resto de conjurados en un Jofre expectante que vibró con sus soberbias actuaciones... El cine y el teatro son unas de mis grandes pasiones, así que podéis imaginar lo que disfruté fotografiándolos... esta publicación está dedicada a ellos, a los actores, seres maravillosos que nos hacen soñar y vivir mil vidas, y que nos emocionan.

Por cierto, Iago García, además de estupendo actor es un ferrolano de pro, con una voz maravillosa, una carrera ascendente y un gran futuro que es un orgullo para esta ciudad.

El enigma de las flores peregrinas

El milenario camino a San Andrés de Teixido es fuente de inspiración de historias legendarias, romerías y tradiciones. Una de ellas, que no hace mucho pude conocer, es la de la capilla "viajera" da Fame e da Sede de Liñeiro, en Valdoviño: la capilla original, del siglo XVI, antiguo albergue de romeros, no se encontraba inicialmente en esta ubicación pero el cura de la parroquia por aquel entonces, cuenta la leyenda que allá por el XIX, viendo que los peregrinos descubrieran un atajo que los alejaba del Camiño Real, y ante las pérdidas económicas que este desvío suponía, convenció a la virgen para que, “levitando”, les indicase a los vecinos la idoneidad de levantar la capilla en la ruta de peregrinaje, 

y ahí es donde hoy la podéis encontrar…

Como casi siempre ocurre con las leyendas, lo de menos es si son ciertos o no los hechos, 

sino la belleza, fantasía e imaginación que adornan estas historias.

Y hay otro misterio, éste todavía sin desentrañar: es la presencia constante, 

cada vez que me acerco a este enigmático lugar, de flores rojas, frescas, casi recién cortadas 

y cuidadosamente colocadas en la puerta de la capilla, en cualquier época del año, 

como una ofrenda eterna ajena al paso del tiempo.

Ferrol y el Mar

Del mismo modo que poner puertas al campo es tarea inútil, Ferrol se ha empeñado en demostrar que no hay murallas capaces de ocultarla cuando su relación con el mar es tan esencial y antigua como sus orígenes como ciudad. Desde el primer barrio de pescadores, Ferrol Vello, de estrechas e irregulares callejuelas hasta el Barrio de A Magdalena, ejemplo de orden y trazado diseñado por ilustrados, pasando por su Arsenal Militar, sus fortificaciones y su perfil de grúas y astilleros, todo en Ferrol recuerda a mar y a él se rinden los ferrolanos cada vez que tienen ocasión... En una de ellas, allí estaba yo con mi cámara ante una impresionante ría de Ferrol tomada por aguerridos navegantes en busca de horizontes y vientos propicios en el Encuentro de Embarcaciones Tradicionales... navegamos?