Ha pasado a la historia una magdalena porque Proust ha contado lo de la memoria involuntaria como nadie, pero coincidiréis conmigo en que el sol tiene un poder evocador tan grande o más... cómo explicáis si no que cada verano, aún bien no asoman los primeros rayos, todavía tímidos pero que prometen largos y luminosos días, soñemos y sintamos el deseo irrefrenable de vivir, de nuevo, como si no hubiesen pasado los años, esas maravillosas tardes de merienda y paseos al calor y bajo la sombra protectora de los mismos árboles de nuestra infancia.
Yo ya lo he soñado, lo he vivido y convertido en fotografías, entre otras cosas cosas porque comparto con nuestro añorado Michael Jackson eso de que "si lo puedes soñar, lo puedes vivir".
¡Feliz verano, nos vemos de nuevo en septiembre!