domingo, 26 de noviembre de 2017

Lila Downs: RESPETO!!


Hija de una indígena mixteca del sur de México y de un cineasta de Colorado, Lila Downs era ‘demasiado gringa’ para los mexicanos y ‘demasiado morena’ para el gusto americano... Ya se sabe, una cosa es la teoría del imaginario colectivo  ensalzando el mestizaje, el encuentro enriquecedor de etnias y culturas, y blablabla... y otra bien distinta es la realidad. El caso es que el éxito le fue bien esquivo hasta que en 2003 interpreta el tema principal de la película Frida: Burn it blue junto a Caetano Veloso en la ceremonia de los Óscar, punto de inflexión en su carrera. A este momento estelar le sucedieron ya muchos otros, paralelos a portadas en las que Lila era la Frida Khalo de la música, la heredera de Chavela Vargas y el Tesoro de México, nada menos... A estos antecedentes se suma el flamante Grammy latino a mejor álbum folclórico y un Grammy americano a mejor regional mexicano de este mismo año, conciertos multitudinarios por toda Europa y América, entradas agotadas hacía días, con público expectante llegado de todas partes a su única actuación prevista en Galicia... Sin embargo, ninguna de esas circunstancias previene ante la conmoción de una voz que parecía venir de las entrañas de Oaxaca, que desbordó el patio de butacas, nos estremeció, nos emocionó y acabó por inocularnos ese orgullo por las raíces y esa veneración por la muerte, el amor, la tragedia... con piel de mujer. 





martes, 31 de octubre de 2017

Hágase la luz

Atrás quedan los ‘posados robados’ a la señora María, a mi madre, hermana y demás aliados artísticos dispuestos a dejarse inmortalizar por mi flamante y delicioso artilugio: de bote de ColaCao a cámara oscura sin perder nunca ese aroma dulzón impregnado en su ‘carcasa’...

Despúes vendría la ‘Halina’ heredada de mi hermano, convertida en compañera inseparable y testigo de nuestras aventuras más allá del portal de casa... Años más tarde, ya con 16, cuando el territorio de caza se había ampliado a buena parte de la comarca, y mi interés por la fotografía, lejos de mitigarse, aumentaba exponencialmente, recibí el mejor regalo, por inesperado y porque llegó en el momento justo, de pronto todo encajaba: esa 'Nikon' me mostraría definitivamente el camino.

Eran cámaras muy intuitivas, en las que la mecánica te enseñaba la relación vital entre luz y sensibilidad, obturador, diafragma, velocidad... conceptos que son la esencia misma del hecho fotográfico y que, sin embargo, suenan a arameo en el mundo digital de hoy, de imágenes visibles e inmediatas, no latentes.

Desde muy pequeño, siendo un niño todavía, fantaseaba con la idea de ser fotógrafo, dedicarme en cuerpo y alma a este oficio maravilloso, pero ni en mis mejores sueños podría imaginar que acabaría contando el mundo desde el visor, retrataría la vida, el dolor, el arte, la entrega, el sudor, la tierra, la espiritualidad, la poesía, el tiempo, la belleza, el amor... y la inmensa felicidad que me sigue proporcionando cada momento soñado de luz que es música para mis ojos y espero para los vuestros.

Montes do Invernadoiro. 'Galicia e os camiños de Santiago'. Xacobeo

Javier Olleros. 'Cociñeiros, paisaxes e produtos'. Rest. Culler de Pau. Grupo Nove
Soldador. Artabro Samdeu
Rape negro. Xoán Crujeiras. Rest. Bido. Grupo Nove


José Mercé
'La familia de Pascual Duarte', Tomás Gayo Producciones

Patinha
Taky. Catering Boketé. Grupo Nove
FCT Ferrol Container Terminal
Genesal
'Las Minas Puerto Flamenco'
Arquitectura. Barrio da Magdalena. Ferrol


martes, 12 de septiembre de 2017

Cocina, y fotografía, de proximidad


Somos lo que comemos, no seré yo quien rebata esta verdad ‘clínicamente probada’ ;) pero no es menos cierto que, además de lo fisiológico, somos lo que vemos, lo que sentimos, lo que deseamos, las imágenes que nos conmueven, incluso las que no... las notas y sonidos que incorporamos a nuestra banda sonora vital, los deseos, confesados y los otros, las fantasías, las palabras y versos de otros que son el eco de nuestro propio sentir, las bocas que hemos amado, la piel y el beso que nos cobijan.
Como rastreador incansable de belleza me alimento de objetos cotidianos de formas planas y tridimensionales, que comparten inocencia y sensualidad, dotados de curvas orgánicas, fluídas, casi escultóricas, claroscuros, sombras profundas, luces difusas y un deseo de equilibrio atemporal que parece envolverlo todo... 
Una vez más paraísos cercanos, fotografía kilómetro 0, que conserva todavía el calor y el mimo de las manos que han propiciado el milagro. 

 


Gracias a Melu, Fran y Francis, Tano, Julia y Mari

lunes, 19 de junio de 2017

Aqueles marabillosos anos


O tempo xusto de desfacerte da carteira, saudar e coller ao voo o bocadillo... non pasaran nin 5 minutos e xa arelabas saír da casa de novo para xogar, si, esas cousas que antes faciamos os cativos cos amigos, en lugares perigosísimos como a horta máis próxima, a vía do tren ou o descampado de turno, onde experimentabamos algo tan saudable como a liberdade, os desexos de sentir, de arriscar, sen medo a nada, para iso eramos nenos... A tarde noite remataba sempre no recuncho preferido dos portais, hoxe case permanentemente pechados, murchas reliquias daquel tempo no que eran un dos nosos ‘redutos’ para o xogo, as trastadas, a descuberta, os soños compartidos, os risos irreverentes, os trémulos bicos, os temores... Sen play, nin tablets, nin móbiles, nin internet..., daquela a vida extendíase moito máis aló dunha pantalla para voar onde a imaxinación [e as pernas :)] nos levasen, coa complicidade de pais e nais desnaturalizados que non nos consideraban o centro do universo e cedíannos unha autonomía de movementos para medrarmos sen a supervisión constante e cronometrada minuto a minuto, sen ese exceso de protección e permisividade que produce seres un tanto narcisistas e inseguros e con escasa tolerancia perante a frustración ou a dor.