Al estilo de los inmortales del western, desenfundó y abrió fuego con un "Buenas noches, Ferrol. Teníamos una deuda pendiente"... 'amenaza' que entusiasmó a un público entregado, una auténtica legión de fans llegados de todas partes que colgaron el cartel de completo hacía ya días y que anhelaban vivir este encuentro largamente esperado con su rocker. Y lo hicieron, con homenaje incluido a su admirado Nate Davis, el doce del antiguo Clesa Ferrol.
Y saldó su cuenta, vaya si la saldó. Y la disfrutamos en un auditorio a rebosar encandilado con su estrella que desplegó toda una lección de oficio de un rockabilly de los 'de casa' que mantiene intacto su tupé, sus impolutos zapatos, su negro riguroso, su energía y su música atemporal, intercalando nuevas melodías entre sus clásicos, convertidos en auténticos himnos, y constatando una vez más _y ya van unas cuantas, después de más de 30 años pisando escenarios_, que en su caso el tiempo no ha hecho mella en su voz y su energía, sino más bien ha acrecentado su mito y engrandecido para siempre al 'hombre de bien, a carta cabal', el más 'feo, fuerte y formal' (con permiso de John Wayne).
Vivirlo fue mágico, inolvidable...
ResponderEliminarRevivirlo con tus fotografías, igualmente mágico.
Me alegro de hacerte revivir esos momentos tan especiales, la verdad es que se dejó la piel, incombustible, muchas gracias por compartir tu comentario y hasta el siguiente :)
EliminarGrande Loquillo y Grande Ovidio.
ResponderEliminarMe encanta Loquillo. Tiene canciones que son como grandes fotos: imprescindibles. Recuerdo que ya estaba dando caña cuando, a principios de los 80s, cuatro amigos y yo nos pasábamos los días metidos en un local de ensayo tratando de expresar nuestros sentimientos por medio de canciones. Y él, aparte de muchos otros, era nuestro referente. Me hubiera encantado estar presente en ese concierto. Gracias, Ovidio, porque con tus fotografías me has acercado un poquito a este artista y has hecho que afloraran viejos y bellos recuerdos. Un abrazo.
Por cierto, ya hace tiempo que no nos reunimos para un café, un chocolate... o unas fotos.
Gracias a ti!! es tremendo el poder evocador de las imágenes, lo que nos pueden hacer sentir, me alegro de traer al presente aquellos locos años 80 que todos vivimos con tanta intensidad... lo del café o el chocolate hecho, te llamo y nos vemos en breve con esa pequeniña linda como un sol, lo de las fotos cuando tenga algo de menos lío tamibén me encantaría, hablamos en el café... abrazo grande!!
EliminarLa mataré, por ejemplo, tarareaba yo allá po 8º de EGB, sentada en un bar, fumado un pitillo y mirando de reojo al chico que me gustaba, que, a mi juicio, se le daba un aire...
ResponderEliminarMuchos recuerdos de la infancia-adolescencia.
Nunca lo he visto en directo....
Las fotos, potentes, como él.
El poder evocador de las fotografías, de la música, de ciertos olores y sabores, es mágico y me encanta que te suceda con estas... pues si lo ves en directo, es tremendo, imparable, intenso, llena no solo el escenario, también las gargantas de todos los que lo escuchaban y cantaban al unísono, muy mágico, si tienes oportunidad no te lo pierdas... gracias por tu comentario y abrazo grande
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