Tras el ritmo frenético de un día cualquiera, araño
minutos para llenarlos con caminos mil veces asumidos, descifrados, transitados por
pies cansados y ojos ávidos de revelaciones, espacios vividos de una sutileza
casi aérea... Lugares de sombras y
luces, señalados por el tiempo, presentes y ausentes a la vez, como instantes de nuestra propia vida,
lugares lejanos pero siempre presentes, en nuestra memoria, en nuestras manos... Espacios que son más de lo que dicen, micromundos cargados de verdad, de poesía y
de silencios que mi cámara y yo intuimos eternos.
En un campo
soy la ausencia
de campo.
de campo.
Siempre
sucede así.
sucede así.
Dondequiera que
esté
soy aquello que falta.
soy aquello que falta.
Si camino
parto el aire
mas siempre
vuelve el aire
a llenar los espacios
donde mi cuerpo estuvo.
parto el aire
mas siempre
vuelve el aire
a llenar los espacios
donde mi cuerpo estuvo.
Todos tenemos razones
para movernos:
yo me muevo
por mantener
enteras las cosas.
Mark Strand, 1964
La magia de cada hoja, de cada espacio, lo esencial de los pequeños rincones llenos de vida que tantas veces pasan desapercibidos, excepto para ti, gracias por mostrarlos y recordarnos su importancia y belleza
ResponderEliminarExacto, la belleza y el carácter esencial de cada elemento de la naturaleza, de lo pequeño pero igualmente imprescindible, no solo los grandes y espectaculares paisajes a los que dedicamos tantas y tantas páginas, un abrazo y gracias por tu comentario
Eliminaro valor das pequenas cousas, dos recunchos do mundo e da alma que tan ben recolles nas tuas fotografias amigo, un pracer para os sentidos
ResponderEliminarUn pracer recibir o teu comentario e a túa interpretación da relevancia das pequenas grandes cousas e dosespazos da alma rebelados nas fotografías tamén, moitas grazas e unha aperta grande
Eliminar