viernes, 16 de noviembre de 2012

Laberintos de lino

Cuenta la leyenda que allá por el siglo XV, un barco de procedencia itálica, según unos, flamenca, griega o normanda según otros, naufragó frente a las costas de Camariñas en una terrible noche de tormenta. El pueblo entero se echó a la mar, las malas lenguas aseguran que para expoliar lo que en la embarcación podían hallar de valor, costumbre muy arraigada en toda esta costa de fuertes corrientes y repentinos temporales, testigo de frecuentes naufragios. El caso es que los camariñanos, además de un buen botín, lograron rescatar con vida a varios miembros de la tripulación y alguno de estos supervivientes, en agradecimiento, descubrió a las mujeres de esta villa marinera, una forma particular de hacer encaje de palillos, entrelazando finos hilos de lino, tejido que se cultivaba mayoritariamente en Galicia por aquel entonces. Desde Camariñas se extendió al resto de la Costa da Morte entre Fisterra y Malpica en forma de estrellas, cruces, soles, rombos, lunas, rosetones... mil combinaciones que, todavía hoy, dedos expertos entrecruzan vertiginosamente creando maravillosas filigranas convertidas en arte.








4 comentarios:

  1. Poético, femenino, ancestral oficio, me gusta mucho este homenaje en imágenes llenas de arte, enhorabuena y gracias por mostrarlo

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    1. gracias a ti por estar ahí, y por tus apreciaciones, un abrazo

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    2. Buen hecho, Hombre de Lugo!
      Jos (de Holanda)

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    3. gracias Jos!!! viniendo de un hombre de Groningen el cumplido todavía es mayor, creo que por ahí tenéis encajes afamados también, no? un abrazo

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