lunes, 14 de enero de 2019

Desde Santa Comba para el mundo

Cuando allá por 1939 Leonor y Secundino, abuelos de Manuel y Leonor Costiña, abren la casa de comidas que la segunda generación de los García, con Jesús y Pastora a la cabeza, renovarían para adaptarla a un nuevo concepto, probablemente no imaginaron nunca que este sería el origen del templo del disfrute enogastronómico y sensorial en el que se convirtió aquel humilde negocio familiar que congrega, cada día, a fieles comensales llegados de lejanos puntos de la geografía mundial.

No se llaman Joan, Martín, Eneko, Juan Mari... pero forman parte como sus admirados maestros, de la constelación de elegidos por Michelin para llevar su estrella y por Repsol para que los Soles adornen una fachada que es un homenaje al país, a su piedra, a sus raíces, como lo es lo que encuentra quien atraviesa la puerta de Retiro da Costiña.

En la mesa, equilibrio entre materia prima excelente, sabores autóctonos, reconocibles, depurados e innovación respetuosa. Un espacio sin estridencias, amable, sencillo y elegante, con toques de sofisticación, acogedor, concebido para el placer, el confort, la calma, el descanso, como ese hogar cálido al que regresas cuando quieres detener el tiempo, reencontrarte contigo y tus recuerdos, en armonía. En el aire, orgullo de los orígenes y compromiso con el equipo, el comensal y un oficio que aman.












3 comentarios:

  1. Sencillamente espectacular, vaya platos, cortinas blancas impolutas como a mí me gustan, jeje... si se respira lo que cuentas con tus imágenes, de este invierno no pasa que no vaya a comprobarlo, gracias por compartirlas!!

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  2. Hostia, cuando vi desde Santa Comba para el mundo. Dije mmmm, fotos impresionantes de la mejor playa de todo Ferrol. Peeeeero no, jejejee, son fotos preciosas igualmente pero me lleve un chasco ;)

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